No es la región Valenciana puntera hoy en el contexto vitivinícola a nivel Nacional. Quizá como le gustaba decir a nuestro ex-secretario autonómico al que el cargo le duró menos que un pastel en la puerta de un colegio: “miramos las cifras cuando vamos a Madrid a negociar algo y somos el 7% y no hay más”, solía argumentar cuando el sector le reclamaba y su defensa antes de la negación final era esa: “ es que somos el 7% y res mes”.
Por tanto decir otra cosa sería endulzarnos los oídos sin tino. Somos el 7% o el 10 o incluso el 12, pero cuantitativamente, pues a nivel económico, yo veo las cifras y “me limpio los cristales de las gafas”.
No coinciden por tanto los bioritmos del acontecer socio económico e incluso político y los bioritmos humanos. Donde la CV ha adolecido de una presencia y un potencial o fortaleza propia de otros tiempos, no ha sido así en hombres del sector, en los que ha estado a una altura sobresaliente. Me estoy refiriendo a José Vicente Guillem Ruiz, Ingeniero Agrónomo, Valenciano hasta la médula y hombre de vinos, de productos de calidad y de amistades y serenidades en su acontecer. El día 25 de Mayo de 2012 la Casa Gandía, pues en Valencia no es típico llamar de forma coloquial Bodegas a las Bodegas como tal, o se les llama “firmas” o “casa tal o casa cual”. Pues eso, la Firma Vicente Gandía Pla con muchos más de 100 años dando patadas en el viñedo y comercio Valenciano de vinos montó en su Finca de Hoya Cadenas un sincero, debido, necesario y bonito Homenaje a un Hombre que no es que se lo mereciese, es que sus méritos sobresalen, desbordan, por el Golfo de Valencia, por los cerros de Segorbe, desfilan con las filás de Los Moros y Cristianos de Villena y ha dejado posos en la valencicastellana meseta de Utiel-Requena para destilar un fino licor del amor y amistad para 200 años más.
Conocí a José Vicente Guillem en el tribunal de oposición que dirimió las pruebas para Veedor hace unos 30 años. Era el Director de la Estación Enológica de Requena y no sabía yo que después le seguiría viendo todos esos 30 años. Hasta que su “jubilación” le ha apartado del puesto que ocupaba en la Administración Autonómica Valenciana de Agricultura.
José Vicente ha dejado a su paso un rico legado de magnífico trabajo en torno al mal llamado vino Valenciano. Digo más, mal llamado así porque esa adjetivación es parcial, sesgada e interesada. El Vino de estos lares es el Vino de la Comunidad Valenciana, pues está entre ellos el de Castellón, el de Alicante, por supuesto el de Valencia y el de Utiel-Requena, refugio y futuro del Viñedo de la CV, por muchas circunstancias, climatológicas, socio políticas, económicas y de vínculo, no lo olviden nunca, DE VINCULO!!! aquello que le da el ser y carácter al producto. Si no existe el vínculo, el producto es de cualquier modo y manera pero no tiene cuna ni características asociadas a esa cuna.
Uno de los muchos y buenos trabajos de José Vicente, la vinculación de los productos de calidad de la CV en su entorno, normativas y su adaptación a los reglamentos comunitarios, un trabajo de Administración en el que se movía como pez en el agua, un administrativista depurado, honesto, y sin par.
Podría alargar el post mucho, no sería lo suficientemente largo, rico y profuso en palabras para expresar lo que José Vicente Guillem ha dado a la CV y a su sector de agroalimentación, con el Vino como punta de lanza y enseña.
Quien debiera haberle reconocido sus méritos se abstuvo, es más, hizo un Tancredismo que raya el bochorno. Pero en éste país de inteligencias supinas, que parecen serlo sólo por estar un par de escalones por encima del resto de los mortales, suele resultar suficiente para que se les haga una “Corte” alrededor que da verdadera vergüenza. La Edad Media ni ha sido superada y menos arrinconada. Se encuentra entre nosotros.
José Vicente Guillem Ruiz, los libros del futuro llevarán escrito tu nombre cuando digan que un hombre sencillo, estudioso, comprometido y valenciano de cuna hizo mucho y bien por los vinos y los alimentos de su tierra, desde la década de los 80 del siglo XX a los primeros del XXI. Es tu mejor testamento para los que vengan. Gracias por lo que nos has transmitido que es mucho y bueno.