No es cierto que el mundo tarde en cambiar. Eso debe ser en condiciones normales. Que lleve un ritmo más o menos programado. Pero, quién, quién esperaba un bicho que fuese a darle todo la vuelta del modo que se lo ha dado?
Esperarlo no lo esperábamos nadie.
Nos confinaron en casa una temporada. El flujo socio económico se fue al garete.
Dejaron fuera de la obligación del encierro a sectores críticos. Agricultores, camioneros y algunos más. De sanitarios no diré nada porque terminarán los pobres más allá que acá, después de este maremagnum que les ha tocado vivir.
Se cancelaron fallas, en Utiel las celebramos hace decenas de años. Se cancelaron Ferias, La Feria y Fiestas de Utiel, Feria gastronómica. Se canceló la romería a la Virgen del Remedio. Que eso ya es cancelar eh. Esa cancelación debió de contar con las anuencias del altísimo porque entre la ciudadanía sentó como un trago de óxido de hierro.
Se cancelaron actos de presentación de libros, de eventos, en fin un auténtico desastre.
Pero todo parecía estar en la vacuna, la vacuna remediaría muchas cosas que nos estaban sucediendo. Y en parte así fue porque las cifras de contagios y fallecimientos fueron cediendo al tiempo que el verano de 2021 ayudó a cambiar el signo negativo de lo que estaba ocurriendo.
Pero y la sociedad? qué hacemos con una sociedad acostumbrada a la libertad de obrar, de salir, de relacionarse, de marcharse fiesta, en definitiva de llevar una vida lo más alegre e intensa posible?
Cuando el otoño de 2021 anunció que una variante nueva del virus llamada Ómicron detectada en Sudáfrica, ahí es nada, podría extenderse porque era mucho más contagiosa que la Delta que era la que se hasta entonces se enseñoreaba entre nosotros, la gente estaba harta de tanto. virus, tanta obligación, tanta mascarilla, tanta dosis de vacuna y se rompió la red que sujetaba la sociedad por el lado que mas presión sale hacer, la joven, la que le importa un pimiento casi todo, y la que si tiene audacia es ella.
Fiestas sin control, el otoño dando paso al invierno y aquí estamos nosotros andando de puntillas para evitar al Ómicron que te caza en menos que canta un gallo.
Pero a resultas de todo esto que pasa en Utiel?, por ejemplo. Pues que la gente hemos cambiado nuestra forma de vivir y relacionarnos. Si poca gente se veía un domingo por la mañana, ahora no se ven ni virus aunque salgas con microscopio. Los establecimientos esperan gente que está asustada y le cuesta salir por miedo a lo que pueda ocurrir.
Los centros médicos se han convertido en el pim pam pum de la gente, al menos en las redes sociales, que igual que antes salíamos a aplaudir a los balcones su gran dedicación, hoy celebramos que no estamos a finales de 1700, porque es horrible escuchar y ver de qué modo tan vertiginoso pasamos los seres humanos de la noches al día.
La pandemia va a conseguir sacar lo peor de todos nosotros. Qué penoso es que el ser humano seamos una veleta tan bien engrasada que al menor de los alientos giremos sin control además.
Todos decimos que, ojalá esto pase pronto y volvamos a la normalidad. Yo ya no se qué es la normalidad. Se que se ha impuesto un modo de pensar, sentir y vivir que esta muy lejos de asimilarse a lo anterior.
Suerte y Salud