Hoy mismo he podido leer un artículo de nuestro querido amigo Luis Ibañez. Agricultor y un reportero y contador de lo que nos rodea, excelente.
Me ha preocupado leer lo que él ha titulado: La falta de trabajadores atrasa la poda de la vid en muchas explotaciones.
En éste Territorio Bobal el cultivo de la vid ha sido ancestral. Ahí están los defensores del yacimiento de las Pilillas que dicen que son los lagares que los íberos usaron en nuestras tierras para la transformación de la vid en vino. Unos 2.700 años vienen a datar.
Con más o menos altibajos la vida ha acompañado a los moradores de estas tierras siempre.
Otra cosa es la compañía que los moradores le han dado a la Vid.
Pisamos y vivimos en una comarca de unos 38.000 habitantes en 9 divisiones municipales algunas de las cuales acogen entidades menores entre nosotros, llamadas aldeas. Imaginen vds. el num. de habitantes por km cuadrado que cubrimos. Unos 40 en Utiel, que será la que más. Unos 29 en Requena y sobre 4 en Venta del Moro.
Con ese número y características poblacionales, siempre, siempre hemos estado lejos de los centros de poder, aunque la distancia en kms. no haya sido no excesiva.
Por tanto, mientras no se han ido llenando los polígonos que rodean las grandes ciudades como en nuestro caso Valencia y así sucesivamente con las poblaciones de los alrededores, no se ha decidido hacer polígonos en el ámbito de influencia de nuestras ciudades o villas.
Pero en la última década han sido al menos en Requena y en Utiel los polígonos existentes ampliados y poco a poco rellenados de empresas de un tamaño diría apropiado para nuestra estructura humana. Cierto y verdad es que nuestra comarca está muy bien comunicada por ctra. por ferrocarril AVE y peor por el antiguo ferrocarril de Madrid Valencia. Que les voy a decir del de Baeza Utiel, que ha sido refugio de Champiñoneras durante años.
Hemos llegado a unos extremos en que cuando una empresa se instala en el polígono de turno puede concitar a su alrededor del orden de 20, 40 o más puestos de trabajo. Y la mano de obra que por lo general es de edad juvenil, si no ha elegido la senda de unos estudios superiores terminado el bachiller o una FP de 2º o 3ª grado, suele terminar en oficios clásicos cómo agricultura, albañilería, talleres o servicios.
Hasta que el polígono o los polígonos han empezado a demandar mano de obra, quizá no de salarios excesivos, pero de una continuidad que los oficios descritos no suelen aparejar.
Esto es algo que se podía intuir, que se podía pensar que ocurriese mientras se ven construir naves de empresas del tipo que sea, pero cuando de verdad se sabe lo que los números dicen, es cuando una persona como Luis Ibañez hace sonar una trompeta y dice: La Falta de trabajadores atrasa…. etc, etc.
No hemos sido capaces de constituir en torno al viñedo un refugio consistente que ofrezca salidas con ciertas garantías de seguridad y capacidad económica. Seguimos, desde luego con los subidones que los años nos han ido dando, mejorando nuestra renta agraria algo, algo más que en tiempos pretéritos, pero ese gran salto cualitativo que hace pensar que es un gran vivero, en el buen sentido, de mano de obra más o menos cualificada y bien sostenida económicamente, no ha llegado.
No sé si llegará y se recreará entre nosotros. Lo que si sé, intuyo y leo en letras de otros es que falta mano de obra para la poda. No falta para la vendimia, porque las máquinas han sustituido a la necesaria, pero falta en la poda.
La gente que podría hacerlo está, jubilada o retirada del agro, por emigración o por poligonación. En ambos casos es una aguda de fuerte entonación.