A la vista del articulo del Sr. Juan Fernández Cuesta en el ABC Viajes: http://www.abc.es/viajar/restaurantes/20140718/abci-calificacion-anadas-vinos-201407171807.html quizá conviene decir algo del tema sobre el que reflexiona, la Calificación de las Añadas en las DDOOs. Sería el Estatuto de la Viña el Vino y los Alcoholes de 1970 el que dio cuerpo a muchas cosas en el mundo del vino en España. Y desde entonces y ciñéndonos al vino de calidad, casi todo salvo algunos baches ha ido de forma ascendente para regocijo de todos. Claro que "no hay mal que cien años dure" y los tiempos pasan que es una barbaridad y casi todo a su paso se va modificando cuando no cayendo o desapareciendo. Lo que pudo ser bueno o adecuado a los tiempos en los que se creó, puede ser caduco anacrónico o incluso contraproducente décadas después. Calificar cosechas en los años 70 por Zonas de España nacientes al mundo del Vino de Calidad, pudo ser casi un milagro por los medios y los miedos a hacerlo. Pero se hizo y con los medios precarios entonces para muchos, se llevo adelante y se calificaron cosechas que siendo heterogéneas eran mas homogéneas por la poca especialización que de aquellos vinos podía hacerse en esos momentos. No hay que olvidar que el componente marquetiniano entonces no es que no se conocía, más bien ni existía. Era un mundo más simple que éste y las palomas mensajeras aun podían ejercer sin que vislumbrasen su oficio en peligro. Hoy el mundo además de más complicado e injusto, es distinto, y el sector del vino ha dejado claro, que no ha terminado de aclimatarse a él. Baste decir que en nuestro propio suelo patrio, en el mercado interior, se bebe menos vino que nunca, cuando nuestros vinos conquistan el mundo y son cualitativamente hablando, mejores que lo han sido en la vida. No es una autentica paradoja perversa?? Baste añadir que nuestra entrada y posterior aclimatación a vivir con nuestros socios europeos, no sé cuando será hora de llamarles hermanos europeos, también ha conllevado cambios muy, muy profundos en lo concerniente al vino. Recordamos que la ultima OCM del vino arrasó con las "medicinas" que en ella se contenían, con las que las bodegas, aunque no vendieran se les destilaba y pagaba y así año tras año, con lo que de costumbre mala significa, está dicho todo. Este mismo año con varios ya de nueva OCM y nuevos modos y maneras, la excesiva cosecha de 2013 ha removido fantasmas del pasado trayendo hacia nosotros de nuevo el "mantra" de destilación, destilación pagada por el estado. A lo que ha reaccionado el estado en sintonía con las filosofías de la UE, "que el que la hace la paga, si le sobra arréglese o no lo produzca". Buen mensaje para la nueva interprofesional que deberá basarse en él para crear el núcleo de su inicial existencia. Por tanto y retomando la senda de la calificación, suficientemente hemos glosado los cambios producidos como para saber que el modo de calificación pre-constitucional del que el Sr. Cuesta duda, realmente debe ser motivo de reflexión y estudio, pero no para no hacer nada, sino mas bien para adecuarlo a los tiempos que nos ha tocado vivir. Hoy el grado de diversidad varietal en las DDOOs, las herramientas y prácticas vitícolas al uso, como las que tecnológicamente hay por doquier en bodega y el deseo manifiesto de muchas bodegas de crear su propio pago, y la multitud de especialidades de vinos que en cada DO se hacen, recomiendan de todo punto que se "despiece" y se escale el modo de calificar los vinos en una DO y desde luego por un comité de personas totalmente ajenas en todos los sentidos al órgano de gobierno de un Consejo Regulador. Hoy un comité de cata para la calificación de Cosecha es un órgano consultivo cuando le dejan ejercer, que a veces incluso en el ejercicio de sus regladas labores, ni eso, y en último extremo el informe "calificativo" pasa al órgano de gobierno que decide y nunca, nunca, tira piedras a su tejado. Pero es más, en muchos casos ni siquiera prima en él la sensibilidad que hacia el consumidor se hace necesaria. Aparece por encima de todo la vena patriótica que lleva a que en los últimos años como dice el Sr Cuesta se vean las calificaciones solo de la escala alta de las mismas y las de la parte baja no aparecen, cuando es suficientemente sabido que hay cosechas que es mejor que ni vieran la luz. Ahora que tanto se habla de regeneración democrática, no estaría de más que se hablase también de regeneración calificadora de Cosechas… pero para llevarla a cabo, por supuesto, no para hacer un titular. Por el bien del mercado y el consumidor sobre todo. Faltaría más!!