Este año mi visita a Mallorca ha sido entrado el Otoño. Mallorca es una isla pero no es excesivamente grande, está cerca de las costas de la península, pero no deja de sorprenderte, al menos a mí.

Hace años que visitamos Mallorca por motivos varios y desde luego siempre encuentro algo que me hace verla de diferente modo, de hacerme mirar más allá de una mirada corriente y de sentir que posee algo Mallorca que la hace genuina.
El Otoño desde luego no es el verano y mis agradables visitas a las costas y playas de la isla se han visto sustituidas por visitas y recorridos por ”tierra adentro”, aunque se diga entre comillas.
Hay algo que me llama la atención y es la facilidad y la costumbre que tienen los mallorquines de ponerle “puertas al campo” y no de forma  metafórica sino bien real. Hay no pocas parcelas delimitadas con elevadas hormas de piedra y en la entrada principal de esa parcela, con vivienda o no, unas buenas puertas que la cierran o abren a los demás.
Hay cientos, quizás miles de parcelas, cultivadas, no cultivadas, semi construidas, construidas, de uso agrícola, de uso ganadero, de uso semi urbano, urbano pero en medio del campo. Pues nada, lo primero aún antes de delimitar el perímetro, puertas, puertas y más puertas._MG_6270
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