Como cada año desde hace dos, la propuesta de la CECRV, Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas, de realizar un brindis público en las diferentes Zonas Vitivinícolas de España, está tomando una fuerza bestial. Es una idea estupenda, genial. Dedicar un día, un rato, al vino cada año. Ese producto Nacional que tantas alegrías le da a la Hacienda pública, y desde luego a muchos empresarios, viticultores, viticultoras y consumidores y consumidoras, aunque desde la Transición aquí, el vino ha ido siendo dejado de la “mano de Dios” en lo que a consumo se refiere, y 40 años después parece que ha alcanzado una fuerza, prestigio y carácter como para haberse convertido en el producto con la procedencia de un País, España, más vendido en el Mundo.
Tanto es lo que mueve el vino, que incluso en el Congreso de los Diputados, sede de la representación popular de este precioso País, llamado España, se ha acordado este mismo año 2018 una propuesta no de Ley de celebrar o señalar un día del Vino Nacional.
Tiene esta acción una importancia que ahora quizá no se observe, pero le ha dado carácter como de hijo predilecto el Congreso al Vino, a un producto que con más de 2.700 años de historia entre nosotros, bien ganado se lo tenía.
Pocos habrán hecho tantos y tantos méritos para ganarlo y sin haber pedido nada a cambio.
Bravo por el Vino!!